Protección Civil de Valga y Pontecesures redoblarán esfuerzos para atender a los cientos de peregrinos que a lo largo de esta semana cruzarán el río Ulla para llegar el día del Apóstol a Santiago de Compostela.
Se espera una avalancha de caminantes a tenor de lo que ha ocurrido en las semanas precedentes. De ahí que todo el dispositivo esté en alerta para atender cualquier necesidad que se presente, desde dar alojamiento a atención asistencial urgente.
"Tenemos que hacer dos turnos, de mañana y tarde, para poder servir de ayuda a los peregrinos", explica Caamaño, como se conocer a José Manuel Pérez González, que dirige el servicio de los Voluntarios de Valga.
Por la oficina del Ulla ya han sellado sus credenciales de peregrinos más de 14.000 personas este año, una cifra que se elevará exponencialmente en los próximos meses. A Valga llegará en la primera semana de agosto una expedición con un millar de integrantes que acuden a un encuentro de jóvenes cristianos en Santiago, que se celebra en esos días de principio de mes.
Pero las previsiones apuntan a que hasta final de año habrá otros muchos miles de peregrinos. En Valga, de hecho, se inaugurará un nuevo pabellón dentro de quince días para acoger a los caminantes que necesiten hacer su parada antes de afrontar la recta final a Compostela.
El pronóstico se efectúa en relación con la estadística de personas que realizan el Camino Portugués y como mínimo, para conseguir la Compostela, tienen que acreditar 100 kilómetros de recorrido, es decir desde Tui hasta la capital gallega.
De ahí que los vecinos de O Salnés eviten hacer la ruta desde sus casas y opten por viajar primero a Tui para conseguir en su catedral el "pasaporte" para lograr este reconocimiento.
Pero ello no es óbice para que algunos también hagan recorridos alternativos, eso sí sin reconocimiento oficial, pues desde O Grove o Vilagarcía es imposible cubrir la distancia requerida.
El coordinador de Protección Civil de Valga, José Manuel Pérez González, señala que debido a esta normativa, los peregrinos de Sanjenjo, Vilagarcía, O Grove, pero también del resto de la provincia opta por sellar la salida en la catedral de Tui donde nace el Camino Portugués.
La mayor parte de los que lo realizan suelen organizar etapas, si bien Caamaño recomienda que lo hagan con el propósito de disfrutar, "que no lo entiendan como autoinfligirse un castigo".
Afirma Caamaño que todos los que han pasado por el albergue aseguran que se trata de una experiencia inolvidable. "Aunque Valga es un municipio muy pequeño, los peregrinos disfrutan a lo grande con los paisajes y los monumentos que se encuentran a su paso. Caminar al lado del río, encontrarse con molinos o disfrutar del fresco de una carballeira suele ser para ellos una experiencia inolvidable".
Obviamente Valga cuenta con otro patrimonio, pero éste está alejado de la trayectoria por lo que no se recomienda a los caminantes que hacen la peregrinación. "Un turista sí que puede disfrutar de las fervenzas o de la Pedra da Serpe; a un peregrino no se le puede desviar del Camino", explica Caamaño.
El responsable de este albergue del Ullán se mostraba muy optimista con el resultado de este Jacobeo "que sobre todo nos sirve como marchamo para promover Galicia y que debería prodigarse cada año y no sólo los jacobeos".
Caamaño se siente positivista debido a la buena evolución de caminantes que se observa en los últimos meses, especialmente desde abril.
Recuerda que en enero estaba convencido justo de lo contrario. En todo el mes sólo cruzaron la frontera entre Pontevedra y La Coruña 44 caminantes. Eso daba mucho que pensar pues tampoco febrero contabilizó una cifra desorbitada, con 200; y marzo con 340.
A partir de ahí ya cambiaron las tornas de modo que sólo en la pasada semana habrán llegado a Valga más de un millar de peregrinos.
La cifra se multiplicará en la presente ya que son muchos los grupos que quieren llegar la víspera del Apóstol a Santiago, e incluso en el mismo día.
De ahí que los servicios de protección organicen dos turnos de vigilancia. "Hasta ahora, el grueso de los caminantes, llegaban a mediodía y no volvían a salir hasta la mañana siguiente para aprovechar el frescor de la jornada; en esta semana, nos los podemos encontrar a cualquier hora".
A pie, a caballo, en bicicleta, los peregrinos apuran las horas para llegar a la celebración del domingo. Pero el resto del año sigue siendo Jacobeo.
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