El albergue de Logrosa, en la entrada de Negreira, es una casa rural restaurada, que data del siglo XVIII. Tiene horreo, palomar, alpendre y horno, todo en una amplia huerta. Las habitaciones son muy confortables; las cenas, muy apetitosas y el precio es tirado. Además los dueños, dos chicos de 30 a 35 años, son muy marchosos y rumbosos. Este fue el mejor sitio en donde paramos.
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El albergue de Logrosa, en la entrada de Negreira, es una casa rural restaurada, que data del siglo XVIII. Tiene horreo, palomar, alpendre y horno, todo en una amplia huerta. Las habitaciones son muy confortables; las cenas, muy apetitosas y el precio es tirado. Además los dueños, dos chicos de 30 a 35 años, son muy marchosos y rumbosos. Este fue el mejor sitio en donde paramos.
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